El pico del petróleo, primera parte
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Este artículo lo escribí en 2007. Muchos de los datos pueden estar algo anticuados, especialmente los que se refieren a consumos actuales de hidrocarburos. Pero la esencia del mismo sigue teniendo plena vigencia. El advenimiento de la crisis económica que se inició a finales de 2008 ha provocado una caída considerable en la demanda de crudo que puede retrasar (afortunadamente) el fenómeno y, sin duda, lo ha desplazado del debate de la actualidad socioeconómica. Sin embargo, lo publico (en tres partes debido a su extensión) porque sigue siendo un hecho transcendental que afecta cada vez de forma más decisiva a la política energética y geoestratégica mundial.
Introducción
La energía que proporciona un recurso en relación con la energía que se invierte para obtenerla se denomina Tasa de Retorno Energético o EROEI (Energy Return on Energy Investment).
Como fuente de energía el petróleo es realmente eficaz. Con anterioridad a 1950, esta tasa era de 100/1; en los años 70 cayó a 30/1; actualmente es de 10/1 a escala mundial. Esto significa que, considerando por ejemplo una EROEI media de 30/1, por cada 30 barriles que se obtienen de petróleo se invierte 1 en su obtención (extracción, transporte y refino). Dicho de otra forma, se obtienen 30 unidades de energía por unidad invertida.
Por otro lado, el petróleo tiene una alta densidad energética y es relativamente fácil y seguro de almacenar a temperatura y presión ambiental. Por ello, es un magnífico combustible que constituye más del 90% del que se utiliza en el conjunto del transporte global (aéreo, marítimo y terrestre).
Con estas cualidades no sorprende el grado de dependencia que la sociedad actual tiene del petróleo.
Es especialmente a partir de la década de los 70 cuando se empieza a producir un espectacular incremento del consumo mundial de energía primaria (especialmente de los combustibles fósiles: carbón, petróleo y gas). Entre 1971 y 2000 este consumo se incrementa en un 81%.
Actualmente, el 36% de la energía primaria se obtiene del petróleo y el 21% del gas natural (un 24% del carbón). Y, como ya se ha mencionado, el transporte global depende en más de un 90% del petróleo.
Pero a esta dependencia energética hay que añadir la dependencia del petróleo como compuesto básico de la química orgánica. Constituye la base para más de ocho mil productos utilizados en infinidad de compuestos de la vida cotidiana, materiales de uso común y procesos industriales. Además es clave en la industria farmacéutica y cosmética.
Y por último hay que añadir la dependencia de la industria agropecuaria. El petróleo ha sido uno de los pilares que posibilitaron la Revolución Verde que, a partir de los años 60, permitió mejorar espectacularmente los rendimientos agrícolas (cuadruplicarlos en algunos casos). Actualmente la utilización de maquinaría agrícola, los requerimientos energéticos para la construcción de sistemas de riego y canalización, y el uso de pesticidas y fertilizantes derivados del petróleo, hacen que la agricultura moderna sea enormemente dependiente. A esto es necesario sumar, ya entrando en el ámbito de la industria alimenticia, la energía requerida para el almacenaje, la conservación y el transporte de los productos. Un ejemplo: se calcula que para obtener una caloría de alimento en EEUU son necesarias 10 calorías de combustibles fósiles. Refiriéndonos a la ganadería, nos encontramos con que la producción de carne consume cinco veces más petróleo que la de cereales.
Por todo esto, es fácil comprender hasta que punto es acertada la aplicación del término petróleo-dependiente a conceptos tales como civilización, sociedad o modelo económico.

Tabla 1. Desglose de las aplicaciones del petróleo. Obsérvese que se acaba quemando un 90% del petróleo producido. Fuente: World Book Encyclpedia (1995).
Los combustibles fósiles constituyen, para bien o para mal, la base sobre la que hemos edificado nuestro actual sistema socioeconómico. No es el petróleo, un verdadero regalo de la naturaleza, sino nuestra falta de previsión y nuestra ambición la que nos ha conducido a este grado de dependencia.
El cenit o pico de la producción del petróleo
Generalmente se piensa que el petróleo se encuentra acumulado en bolsas en el interior de la tierra y que algún día se agotará. Ambas ideas son erróneas. El petróleo se encuentra “empapando”, inmerso en la matriz rocosa del subsuelo (una imagen muy ilustrativa de esto sería la de un terrón de azúcar empapado de café). Su extracción en un yacimiento es al principio poco costosa, eficaz y técnicamente sencilla, pero con el paso del tiempo la extracción es cada vez menos eficaz y finalmente se vuelve inviable. Cuando el yacimiento deje de explotarse aún quedará mucho petróleo en el subsuelo. Petróleo que nunca se podrá recuperar.
Marion King Hubbert (1903 –1989), geofísico y director de prospecciones de la Shell, desarrolló en los años 50 una fórmula matemática que rige el proceso de producción de un yacimiento petrolífero (y en general la explotación de cualquier recurso primario). La aplicación gráfica de esta fórmula da como resultado una curva en forma de campana que relaciona la producción con el tiempo.
Evidentemente esta es una representación idealizada. En realidad, esta curva puede sufrir diferentes altibajos a lo largo del tiempo e incluso mantenerse en forma de meseta en la fase correspondiente al cenit de la producción. Pero el modelo es válido para hacer proyecciones sobre la producción de petróleo o gas de un yacimiento, región o país.
El hecho de que la producción de petróleo siga este patrón supone que al principio de la explotación la producción aumente siguiendo la parte ascendente de la curva, obteniéndose petróleo abundante y a bajo precio. Cuando llegamos al pico de la curva se habrá extraído aproximadamente la mitad del petróleo del yacimiento. A partir de aquí la tendencia se invierte: la producción comienza a caer y cada vez se obtiene menos petróleo, de peor calidad y más costoso. Cuando la extracción ya no es económicamente viable el yacimiento se abandona. Pero seguirá quedando gran cantidad de petróleo no recuperable. Y aún suponiendo que económicamente siempre fuera rentable, se llegaría a un punto de inviabilidad técnica en la extracción.En 1956 Hubbert predijo utilizando este modelo que la producción de petróleo en los EEUU alcanzaría su pico entre 1966 y 1972. El modelo funcionó con precisión: la producción estadounidense alcanzó su máximo en 1971 y a partir de ese año comenzó el declive. Finalmente, en 1975, cuando los Estados Unidos todavía sufrían cierta escasez de petróleo a causa de la crisis de 1973, la National Academy of Sciences confirmó la validez de los cálculos de Hubbert y reconoció que sus estimaciones, que resultaban más optimistas, estaban equivocadas.
Este modelo es extrapolable al conjunto de los países productores, de forma que se plantea la cuestión de cuándo se alcanzará el pico global de la producción en el planeta. Cuando se alcance, la producción global de petróleo barato comenzará a declinar rápidamente, tal y como subía en la parte ascendente de la curva.
La fase pico de la curva puede mantenerse un determinado periodo de tiempo transformándose en una meseta si se aumenta el número de pozos del yacimiento. El que se pueda cubrir la demanda no sólo está en relación con lo que quede en el yacimiento, sino también con el número de pozos perforados. Pero aumentando el número de perforaciones se acelera el agotamiento. Una gran inversión en infraestructura puede mantener la ficción de petróleo barato durante un tiempo estableciéndose un período de meseta, pero al pasar esta fase la caída será vertiginosa. Esto es así porque el área que hay debajo de la curva no puede variar, ya que representa las reservas de petróleo existentes. Mantener artificialmente la producción implicará un declive posterior más rápido.
Actualmente el 99% de la producción petrolera proviene de 44 países y por lo menos 24 de estos ya han pasado su pico y se encuentran en declive. Algunos expertos consideran que la producción global de petróleo se encuentra en una meseta desde el año 2000.
En una situación de demanda creciente, una vez superado el pico, se comienza a abrir una brecha entre esta y la oferta. Incluso en una situación de estabilización de la demanda se tendrá que reponer al menos el petróleo consumido año tras año, es decir, se requerirá como mínimo una oferta estable, no en descenso. Esto provoca un impacto en los precios evidente y rotundo. Se inicia así el derrumbe del sistema petróleo-dependiente. El único parámetro de la ecuación que se podrá modificar es el de la demanda, pues en este escenario ya no es posible aumentar la producción. En un planeta de recursos finitos el crecimiento económico se ha de detener en algún momento, y todo indica que ese momento lo va a marcar el cenit de la producción de petróleo. Así pues, no es el fin del petróleo, sino el fin del petróleo barato, lo que desencadenará esta crisis global. Las reservas de petróleo y las estimaciones sobre el pico
Actualmente el 65% de las reservas probadas de petróleo se encuentran en Oriente Próximo. Cinco países de la zona están entre los primeros del mundo en cuanto a reservas: Irak, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Venezuela, Irán, Libia, Nigeria, Méjico y China.
Como se ha indicado, la mayoría de los países productores ya alcanzaron hace tiempo el pico de producción. Las únicas regiones donde aún no se ha alcanzado son Oriente Medio, Latinoamérica, Rusia, África del Oeste y del Norte, el Caspio y Canadá. Por lo tanto, se hace evidente la urgencia de calcular cuándo se alcanzará el pico en estas regiones, de cara a realizar proyecciones respecto a la producción mundial. Para ello se necesitan lógicamente conocer sus reservas, es decir, la parte del recurso recuperable que ha sido descubierto pero aún no se ha explotado. Y es aquí donde entramos en el punto más conflictivo del asunto.
Los datos oficiales sobre las reservas proporcionados por los países productores siempre han sido objeto de manipulación. El petróleo es un recurso estratégico, y, por lo tanto, los datos referentes a la cuantía de las reservas están sujetos a coyunturas políticas y económicas. De los datos que se presentan a continuación se puede deducir fácilmente la dificultad para establecer el advenimiento del cenit.
De un análisis somero de estos datos se deduce que las cifras respecto a las reservas han sido manipuladas, en algunos casos sin pudor alguno.
Resumiendo: no se puede dar ningún crédito a las reservas declaradas por los cinco países claves de Oriente Medio.
En consecuencia, partiendo de estos datos, difícilmente se puede hacer un cálculo exacto sobre cuándo se producirá el cenit. Gobiernos, organismos oficiales, compañías petrolíferas, consultoras y expertos independientes hacen sus propias proyecciones generando un rango de fechas para la predicción del cenit que va, desde las afirmaciones de que ya estamos en una fase de meseta, hasta el poco realista año 2037.
En este baile de datos y proyecciones podemos distinguir dos corrientes diferenciadas: los llamados pesimistas (¿por qué no realistas?), generalmente representados por expertos independientes, asociaciones y algunas consultoras, y los llamados optimistas, representados por gobiernos, compañías petroleras y agencias oficiales, con el USGS (United States Geological Survey) y la AIE (Agencia Internacional de la Energía) a la cabeza.
Una organización independiente lleva desde el año 2001 estudiando el pico del petróleo. Es la ASPO (Association for the Study of the Peak of Oil). Tiene filiales en muchos países y cuenta entre sus miembros destacados científicos y expertos en el mundo del petróleo, algunos de ellos antiguos responsables de compañías petrolíferas ya jubilados, lo que les confiere total independencia a la hora de difundir sus opiniones.
En el año 2002 situaron la fecha del cenit en el 2010. Dos años después adelantaron la fecha al 2008 y actualmente tienen tendencia a situarla en el 2011, debido a que la producción de los campos petrolíferos de aguas marinas profundas será mayor de la estimada inicialmente. No obstante destacan que el año exacto dependerá mucho de la futura demanda y no se sabrá cuándo se ha alcanzado el cenit hasta que se haya sobrepasado.
El Dr. en Ingeniería Química Samsam Bakhtiari, experto superior adjunto a la Oficina del Director en el Departamento de Planificación Corporativa de la National Iranian Oil Company (NIOC), un experto mundial, ha situado el cenit en 2006 ó 2007, como lo ha hecho el Energy Watch Group (EWG, grupo creado por el diputado del Partido Verde alemán Hans Josef). Para estos últimos la extracción seguirá a partir de ahora un declive del 3% anual.
En cualquier caso hay algo en lo que todos están de acuerdo: el pico del petróleo va a producirse, ya sea de forma inminente o a corto plazo. En consecuencia, se requiere iniciar una urgente transición energética mundial. ACTUALIZACION: La Agencia Internacional de la Energía reconoció en noviembre de 2010 que el pico del petróleo convencional se alcanzó en 2006 Continuar…
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Publicado el 27 abril, 2010 en Decrecimiento y etiquetado en Peak oil, Pico petróleo. Guarda el enlace permanente. 7 comentarios.
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