Evitar la contaminación atmosférica en bici: mascarillas y trayectos alternativos
La polución es un grave problema sanitario para las personas que viven en grandes ciudades, especialmente para los que usan la bici como medio de transporte habitual. En ciudades como Madrid o Barcelona, no es nada excepcional que se superen los límites de contaminación establecidos por la UE para diferentes contaminantes.
En el aire que respiramos hay diferentes partículas en suspensión (PM, del inglés particulated matter) que se clasifican según su tamaño en micras. Las más perjudiciales para la salud son las de diámetro igual o inferior a 10 µm (PM10), las de diámetro igual o inferior a 2,5 µm (PM2,5) y, finalmente, las partículas ultra-finas, las peores de todas, con un diámetro igual o inferior a 0,1 µm. Cuanto más reducido es su tamaño, más capacidad de penetración tienen en nuestro organismo (pueden quedarse en la garganta, penetrar hasta los pulmones y, en el caso de las ultra-finas, pasar a través de los alveolos pulmonares al torrente sanguíneo). La fuente principal de contaminación por partículas finas y ultra-finas en las ciudades son los humos producidos por los coches, especialmente por los motores diésel.
Además de las partículas, los otros elementos de la polución son los gases, fundamentalmente el monóxido de carbono (CO), el ozono troposférico (O3), los óxidos de nitrógeno (NOx) y el dióxido de azufre (SO2).
¿Cómo podemos protegernos de esta agresión? La primera respuesta que nos viene a la cabeza es utilizar mascarillas anti-polución, pero, como veremos más adelante, la protección más efectiva es la información y nuestra propia conducta. Sin embargo, como este factor no siempre es controlable, podemos contemplar el uso de estos sistemas de filtrado.
El más conocido es la mascarilla. Por supuesto, hablamos de mascarillas concebidas para este uso y no de la típica mascarilla de hospital que no sirve absolutamente para nada. Las mascarillas específicas para ciclistas urbanos tienen filtros que es necesario cambiar periódicamente. Las hay básicas y más sofisticadas, con mayor poder de filtración (y más caras claro). Esta no es una entrada sobre marcas y modelos (es fácil encontrar en la red la marca más vendida), sino de posibles soluciones para el ciclista urbano y su eficacia contra la contaminación, así que no voy a entrar en aspectos técnicos.
Una mascarilla de calidad – ¡siempre ajustada correctamente! – puede efectivamente reducir la exposición a los elementos contaminantes, incluso algún modelo filtra, según el fabricante, partículas de menos de una micra de tamaño. Sin embargo, parece que no son realmente eficaces contra los gases contaminantes, especialmente contra el ozono troposférico.
Por lo tanto, parecen una correcta solución parcial, buena para evitar sinusitis o alergias, y para ciclistas que no puedan evitar trayectos regulares por zonas con altos niveles de contaminación, a pesar de la incomodidad (a la que según alguno te acostumbras) que supone llevarla y de que no son lo mejor para respirar con facilidad (las personas con problemas respiratorios no deben usarlas).
Otro sistema de filtrado son los filtros nasales. Es un par de filtros recambiables unidos por un arco de plástico que se alojan en las fosas nasales. Según el fabricante, frenan el 100% de partículas de 10 micras, el 96,3% de partículas de hasta 2,5 micras, el 96,1% de partículas de 1 micra y el 69,7% de las partículas de 0,3 micras. Como todos los datos de los fabricantes, me imagino que estos son valores máximos en condiciones ideales, y que la realidad es algo diferente. Una ventaja evidente es que apenas se ven y permiten hablar, comer o beber, algo que con una mascarilla es obviamente imposible. Una desventaja clara, es que no protegen si respiramos por la boca, algo que no es raro si llevamos un pedaleo alegre o tenemos un trayecto en cuesta por delante. Al igual que con las mascarillas, realmente no nos brindan una protección efectiva contra los gases contaminantes. A pesar de todo ello, parecen una alternativa correcta a tener en cuenta.
Por último, otra forma para disminuir la exposición a la contaminación atmosférica y la más efectiva, es elegir el trayecto y el momento adecuado para salir con la bici, siempre que sea posible claro.
Está demostrado que alejarnos tan sólo un par de metros a un lado de los escapes de los coches reduce considerablemente la exposición (un ciclista detrás o al lado de un coche respira aire con hasta 5 veces más contaminación que un peatón en la acera). Por supuesto, no siempre tenemos esta opción, pero si tenemos un carril bici segregado de la calzada para un determinado trayecto, debemos cogerlo sin dudarlo aunque esto nos suponga mayor distancia recorrida. Y si no hay más remedio que circular junto a los coches, hay que evitar situarse inmediatamente detrás de ellos. Mantengamos las distancias en la medida de lo posible.
Obviamente, también debemos elegir siempre los trayectos con menor tráfico, con calles peatonales, carril bus autorizado para bicis, bulevares o aceras anchas que permitan rodar en bici, e insisto, aunque esto nos suponga pedalear un poco más.
Si por narices tenemos que circular por una vía con mucho tráfico, además de pararnos en los semáforos por delante de los coches, no debemos forzar el ritmo, pues esto nos obligará a respirar más veces y más profundamente.
En resumen, respecto al trayecto hay que evitar integrarse en el tráfico motorizado en la medida de lo posible.
En cuanto al momento, hay que evitar las horas punta, obviamente los días en que los servicios municipales informen de picos de contaminación, los días calurosos del verano, especialmente por la tarde cuando los niveles de ozono troposférico son más altos, los días de inversión térmica, como los típicos días soleados de invierno en Madrid (la capa superior de aire frío de la atmósfera retiene la capa inferior de aire cálido, impidiendo la dispersión de los contaminantes) y, en general, los días sin viento y con mucho tráfico.
Como resumen, podemos decir que las protecciones físicas contra la contaminación atmosférica, mascarillas y filtros nasales, no son tan importantes como elegir cuándo y por dónde pedalear en la ciudad, si tenemos posibilidad de elección. Sin embargo, para recorridos sistemáticos por zonas de tráfico inevitables (estoy pensando, por ejemplo, en mensajeros en bici o en personas que no tienen otra opción de transporte a su lugar de trabajo), creo que sería conveniente el uso de uno de estos métodos.
Publicado el 22 marzo, 2015 en Alimentación y salud, Ciclismo urbano y etiquetado en Bicicleta, Contaminación, Filtros nasales, Mascarilla anti-polución, Polución. Guarda el enlace permanente. 12 comentarios.
Esta sociedad enferma, emplea billones de dólares en la fabricación de multitud de cosas, cachivaches y cachiperres, pero, gasta muy poco, en medidas y soluciones para evitar la galopante contaminación…..a los que dirigen el Mundo les importa un pepino el Futuro, ya que no quieren ni a sus propios descendientes…..En lugar de controlar la contaminación EN ORIGEN, realizan ridículos controles parciales al final de la tubería, cuando el mal ya está hecho…. Miserables….
Este articulo, denota la falta de atencion a este grave problema. Yo ya les he echado el ojo a las mascarillas antipolucion, pero no me he decidido basicamente por la estetica. Con la mascara puesta, pareces algo raro, salido de una pelicula futurista. Pero no es un asunto que se pueda obviar. Creo que no estamos concienciados de lo importante que es para nuestra salud el ir en bici. Hacemos deporte y dejamos de expulsar gases toxicos.
Los autos según los modernizan con muchos sensores, equipamiento, motores mejores, maravillas, etc. pero en esencia siguen quemando combustibles fósiles con la consecuente contaminación.
Estamos fritos los ciclistas, somos los que más la resentimos.
donde se consigeun las mascarillas antipolucion
donde comprar
como se pueden proteger los viandantes que tienen que trabajar en el centro de la capital,
informar ante que se llenen los hospitales
Es cierto que las mascarillas pueden resultar extrañas, pero creo que habrá que ir planteando su uso en recorridos urbanos en ciudades con elevados índices de contaminación, ocultados muchas veces por las diversas administraciones.
Vuelvo a caer en esta vieja caja Nosk de 10 piezas a 15euros si no recuerdo mal (lo que era lo mas economico por unidad hace bastante meses), que nunca termine, lo que me recuerda dar por fin un resto de opinion que tenia pendiente despues de una experiencia personal mala y cara…Si, primero son muy caros por «filtros de un solo uso». Segundo, usarlos y poder bien respirar con ellos era todo una odisea (y eso que estaba ya acostumbrado a llevar una mascarilla de bici desde hace años): te reducen bastante el volumen de aire que sueles tener (al hacer bici en mi caso aunque con mascara), lo que te obliga a respirar mas fuertemente (no creo que sea sano) lo que llegaba casi siempre (en esta temporada de test en Otoño/Invierno) a la bajada/evacuacion de mocos/fluidos: ni pensarlo! deber pararse, quitarse los filtros, lavarlos (si se puede), volver a ponerlos, y otra vez si no eran bien puestos, y otra vez todo el proceso despues de otras caidas de fluidos…con tan solo un poco de moco liquido ya se tapan los filtros…pueden ser mas eficientes que una mascara de bici pero no son nada comodos de quitar/poner varias veces al dia como una mascarilla,…si no se pierden antes del final del dia; igual, quiza son ideal para agentes de la circulacion, gente alergica,…pero para hacer ejercicios (solo los usaba cuando tenia previsto trafico en mi alrededor) no me valen de nada, ha sido una muy mala compra en mi caso, me decepciona que se les recomanda en muchas webs de bici. Intentaba lavarlos para poder usarlos varios dias pero no resulta muy higienico ademas se pierden facilmente, de todas formas no era el uso recomendado porque se debe usar otro nuevo despues de un uso…asi que os dejo hacer calculos para el presupuesto mensual! Me siento totalmente estafado.
Gracias por el comentario Esteban, siempre son interesantes para otros usuarios a la hora de elegir.
Pues mira por donde a mi si me han ido bien los filtros nasales, supongo que cada uno tenemos una nariz, y claro al principio tienes la sensación de cuerpo extraño, pero al poco tiempo te acostumbras; pero vamos que ….decir que un filtro nasal te reduce más el aire que una mascarilla es totalmente falso, solo hay que aplicar la lógica; además…yo no uso mascarilla por el tema de que se me empañan las gafas y que me siento Dark Vaider; pero como todo….todo va en gustos y experiencias; para mi una solución barata, estética y eficaz contra la contaminación
Yo vivo en buenos aires argentina donde el aire en el centro es una m…., aca es dificil conseguir hasta un tomate, asiq yo uso un pañuelo humedo tapando nariz y boca y cerrado x debajo. El 60% de la gente me mira como a un alien pero ni siquiera notan cuando algun bruto (no son pocos) lanza una colilla encendida desde dentro de un comercio q le roza la nariz al pasar. Es cosa de acostumbrarse y aceptar la realidad, ya estamos, en ese futuro de pelicula.
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